El dentífrico, crema dental o pasta de dientes suele contener flúor, arcilla, un poco de cuarzo, fluoruro de sodio y el mineral más importante, calcita. Los ingredientes que contribuyen a la limpieza son los siguientes (con porcentajes aproximados): agua y humectantes un 75%, abrasivos (rocas, sal,arena) 20%, espuma y agentes de saber un 2%, amortiguadores del pH 2%, colorantes y agentes que opacan y aglutinan 1,5%, fluoruro 0,15% y en algunos casos monofluorofosfato de sodio.
La primera pasta dentífrica fue creada por los egipcios hace 4000 años y era llamada clisterate. Para fabricarla se mezclaba piedra pómez pulverizada, sal, pimienta, agua, uñas de buey, cáscara de huevo y mirra. Sin embargo, el dentífrico no sería de uso común hasta el siglo XIX.
En Grecia y Roma, las pastas de dientes se basaban en orina humana, porque se consideraba que contenía elementos blanqueadores. El médico latino Escribonius Largus mezcló vinagre, miel, sal y cristal muy machacado hace ya más de dos mil años.
En 1842, el dentista Peabody fue el primero en añadir jabón a la pasta de dientes. Así, apareció en Gran Bretaña a finales del siglo XVIII el primer dentífrico para comercializar. Pero fue en el 1850 cuando el doctor Wentworth inventó la primera pasta de dientes colocándose en tubos metálicos. A posteriori vinieron las investigaciones de flúor en odontología y los avances contra el sarro y la hipersensibilidad.
Toda esa evidente evolución científica y tecnológica de las pastas dentales hace que hoy en día observemos en el mercado una amplia gama para elegir. Tanto el color, el sabor, la textura, la marca o el precio son variables para la selección de nuestro dentífrico.
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