Los dientes de leche salen entre los 4 y los 7 meses de edad y suelen caerse, alrededor de los 5 años los dos dientes del medio de la mandíbula inferior. Los siguientes en caer son los dos superiores centrales.
En algún caso es posible que los niños por causas como accidentes pierdan algún diente o pierdan los dientes de leche muy temprano, en ese caso el dentista será el encargado de descartar que no exista una enfermedad que produzca esta caída prematura.
Cuando un diente está flojito, es recomendable que el niño de vez en cuando mueva suavemente el diente, pero que no lo arranque. En el caso de que no caiga el diente será conveniente que lo vea el dentista.
Si al caer un diente se queja de dolor, se puede aliviar con un analgésico tópico en gel o crema, aunque el dolor será momentáneo.
Los nuevos dientes serán más grandes y menos blancos que los de leche. Es muy importantes que se cepille la dentadura y que se use pasta de dientes sin flúor hasta que le niño sepa escupir.
El cepillo se cambiará cada dos o tres meses para reducir la proliferación de bacterias.
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