El esmalte dental es una cubierta compuesta por hidroxiapatita (mineral más duro del cuerpo humano y también presente, pero en menos densidad, en huesos), de gran pureza, que recubre la corona de los dientes, afectando a la función masticatoria. Es decir, es la capa que recubre nuestras piezas dentales. El esmalte es translúcido, de color blanco o gris azulado y el color de los dientes está dado por la dentina, color que se trasluce a través del esmalte.
El principal problema es que una vez que se pierde el esmalte no se puede regenerar. Con el tiempo se va desgastando lo que hace que se pierda su capacidad de proteger nuestros dientes. Y tanto la alimentación como la higiene bucodental pueden dañar o favorecer el esmalte. Alimentos crujientes, pegajosos o muy azucarados son negativos para el esmalte dental provocando caries o color amarillo en los dientes. Pero aquí te dejamos otros hábitos y sustentos que sí benefician y fortalecen esa protección:
1.- Beber agua. Limpia nuestros dientes de las comidas.
2.- Comer chocolate negro. Es recomendable para el esmalte debido a la teobromina y además es antibacteriano.
3.- El té verde sin azúcar. Bebida rica en antioxidantes que ayuda a combatir la caries.
4.- Mascar chicle sin azúcar. Así, se segrega más saliva y ayuda a limpiar los dientes.
5.- Tomar leche y derivados. Son ricos en calcio, fósforo y vitaminas. Lo ideal es después de las comidas y antes del cepillado.
6.- Tener una buena higiene bucal. Con un correcto cepillado por lo menos dos veces al día después de las comidas.
7.- Elegir un cepillo demasiado duro puede dañar el esmalte y las encías. Por esta razón, los expertos recomiendan el uso de un cepillo suave o medio.
No te olvides de cuidar tu alimentación y mantener una correcta higiene bucodental para conseguir una sonrisa blanca y sana.
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